Por: Verónica Serrano, Trabajadora Social
Plan de Salud Menonita
El alcohol, aunque es una droga legal, social y culturalmente aceptada; en jóvenes menores de 18 o 21 años es ilegal. El alcohol etílico está clasificado como una droga psicoactiva por varias razones:
- Altera químicamente el funcionamiento del cerebro
- Produce un efecto depresivo sobre el sistema nervioso central
- Altera el estado de ánimo del usuario
- Produce cambios físicos, mentales y conductuales en el usuario
La ingesta abusiva de alcohol puede interferir en el desarrollo de los adolescentes. Conlleva consecuencias negativas en su salud física y psicológica. Una intoxicación etílica grave puede desembocar en coma e incluso puede provocar la muerte. Tienen probabilidad de desarrollar enfermedades hepáticas, daños en el sistema nervioso central, alteraciones en el proceso de crecimiento, cardiopatías o hipertensión arterial, entre otras. A nivel psicológico causa deterioro de las funciones cognitivas (memoria, atención y percepción), provocando reducción considerable de las mismas, en algunos casos sin posibilidad de recuperación. Se pueden presentar alteraciones del sueño, comportamiento agresivo, problemas afectivos, y hasta un trastorno clínico.
Un consumo excesivo de alcohol en los adolescentes eleva la probabilidad de manifestar conductas de riesgo bajo sus efectos: ingesta de otras sustancias, prácticas sexuales de riesgo o accidentes de tráfico, con consecuencias que pueden condicionar el futuro del menor.
Existen muchos indicios y síntomas que pudieran indicar la presencia de un problema con el alcohol. Debido a que el alcoholismo es una enfermedad progresiva, estos síntomas suelen empeorar gradualmente si la persona no recibe el tratamiento necesario. A continuación, algunos de los síntomas conductuales y físicos que pudieran presentarse en el comportamiento:
- Incumplir repetidamente con las responsabilidades de la casa y la escuela
- Participar en conductas riesgosas
- Utilizar alcohol en situaciones peligrosas, tales como beber alcohol y conducir un vehículo
- Ocultar el hábito de beber alcohol
- Mentir u omitir información
- Mayores problemas legales
- Disminución del desempeño académico y el trabajo
- Continuar con el consumo del alcohol a pesar de las consecuencias negativas
- Aislamiento social
- Beber solo
- Ocultar el alcohol
Síntomas físicos:
- Náuseas
- Ruborización de la piel
- Falta de coordinación
- Vómitos
- Dolores de cabeza
- Falta de apetito
- Aumento o pérdida de peso
- Arrastrar las palabras al hablar
Como el problema del consumo de alcohol tiene un origen multicausal, las acciones tanto preventivas como de control tendrán que ajustarse a las causas que lo provocan, pero es fundamental a modo general:
- Crear un espacio de compresión y fomentar una buena comunicación.
- Promover la autonomía y la libertad para decidir por voluntad propia.
- Educar sobre el alcohol de forma realista y no alarmante.
- No decir a nuestros hijos “beber es malo”; mejor hablarles de las consecuencias que puede provocar.
- Prevenirles de algunos riesgos a los que se enfrentan.
- Compartir y favorecer un ocio alternativo y saludable con sus hijos, les ayudará a aprender que la diversión no va unida al consumo de alcohol.
- Buscar ayuda profesional con un equipo multidisciplinario: Psicólogo Clínico, Trabajador Social Clínico, Psiquiatra y Consejero en Sustancias.
El Plan de Salud Menonita cuenta con profesionales de la salud para ayudarte en la prevención y en el manejo adecuado de ésta y otras condiciones de salud. Para más información, puedes comunicarte a TeleSalud Menonita al 1-866-606-5001, disponible 24 horas los 7 días de la semana. Te acompañamos y te ayudamos a mantenerte saludable. Estas en buenas manos.